Siempre soñé que alguien, algún día, escribiría pensando en mí.
Y, ahora, resulta que soy yo quien escribe pensando en alguien.
La existencia es siempre lo contrario de lo que imaginas… Por eso es tan excitante, especial y aún más, cuando eres tú quien llena de palabras y de vida esas hojas en blanco, atreviéndote a imaginar lo que la escritura te da: colarte sin permiso en mentes que viven sin saber lo que poseen.
Y es cuando escribes, poniendo tu pensamiento en ese alguien que puede ser… no importa cómo sea, lo que haga, lo alto o lo bajo que vuele… Simplemente, siempre será un alguien, a quien un día no supe que escribiría.
Ana Mancheño M.
