Yo que no creía en súbitas calentura de pasión,
tengo al corazón tiritando con cuarenta milagros de amor.
Y, ¡válgame Dios! ninguna excusa para no enfermar.
¡Era tan fácil engañar con jarabes de olvido
los delirios de la razón!
que hasta la lógica se volvió irracional
en esta febril locura de amar.
Ana Lesman
👍👍👍
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¡Gracias Pippo!🌹
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Parece que la pasión se calienta antes de que nos demos cuenta. 🙂
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Roninjax, los estados febriles son, a veces, milagrosos😃
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Sencillamente maravilloso, me gusta cada palabra. Muy sutil.
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¡Gracias Rubens!Hay palabras que unidas son perfectas.
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